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Kundera sobre animales...y Nietzsche

Hace poco recibí un mensaje sobre la capacidad cognitiva de los animales inferiores. A respecto de ese tema, el último libro que leí, "La insoportable levedad del ser" del maestro Milán Kundera, hace referencia a esta capacidad y más que todo a las implicaciones de la relación humano-animal (aunque, claro está, ese no es el tema principal del libro). En síntesis, Kundera dice que el mayor desafío para nosotros como humanos, y en el que hemos fracasado históricamente, es el de tratar a los animales (los más débiles entre los débiles) con dignidad. Esto se debe en gran parte a:

a) la influencia del evangélio, más precisamente de Génesis, en nuestra percepción de nuestro lugar en el mundo. La Biblia pone al humano por sobre todas las demás especies, como señor y propietario de la naturaleza.

b) la teoría de Descartes, quien sistematicamente negó que los animales poseen almas. Por ende, si no tienen almas, no tienen sentimientos ni función en el planeta más que la de servir el propósito humano; son simples "machinas animatas", en palabras de Descartes. Como se sabe, Descartes es el padre del racionalismo, un pilar del mundo moderno que entre otras cosas tiene como base a la ciencia.

Kundera lo resume con un ejemplo: para Descartes, cuando un animal se lamenta, es simplemente la señal de un mecanismo interno funcionando inadecuadamente. Cuando las ruedas de un vagón crujen, no es porque el vagón sienta dolor, sino que las ruedas necesitan ser aceitadas. Por lo tanto, no hay porque sentir pena de un animal que, por decir, esté siendo torturado en un laboratorio, según la logica Descartiana.

Curiosamente, uno de los pocos intelectuales que hace más de 100 años se rebeló contra esa relación "cristianismo-explotación animal" es Nietzsche. Kundera describe lo que para él es el comienzo de la locura de Nietzsche. Y por locura, Kundera se refiere a la separación voluntaria del individuo de su entorno social. Cuando a la salida de un hotel en Turín, al ver a un cochero latigueando a un caballo, Nietzsche sin decir nada se acerca al caballo, lo abraza y se quiebra en lágrimas. Ese episodio marca el punto de ruptura del filósofo con la sociedad. Según Kundera, a través de ese gesto, Nietzsche le pidió perdón al caballo por Descartes, y con ese gesto marcó el inicio de su separación de su entorno social, como deslindandose de toda responsabilidad por el trato brutal que colectivamente se daba a los animales. Lúcida locura.

Obviamente que es virtualmente imposible imaginar un mundo sin explotación de algun tipo. Más aún cuando parte de esa explotación nutre algunas de las cosas más preciadas culturalmente hablando (mmm....parrilladas...¿a quién no le apetece una? corridas de toros, etc.). No obstante, es siempre productivo pensar en las consecuencias de nuestras acciónes para aquellos menos privilegiados (los animales en este caso) y en la posibilidad de vivir una realidad alternativa, tal cual hace Kundera en su reflexión.

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